Hace exactamente un año, en Open Cultural Center empezamos un nuevo y ambicioso proyecto: Juventud Para Todos. A través de esta iniciativa, proporcionamos alojamiento a ocho jóvenes migrados que llegaron a España como menores no acompañados. El proyecto también ofrece formación profesional agrícola, así como en competencias digitales, con el objetivo de facilitar la inserción laboral de estos jóvenes en el sector rural catalán. Un año después, ha llegado el momento de hacer retrospectiva y, aunque hace muy poco que la primera edición de Juventud Para Todos ha terminado, los jóvenes participantes ya definen el proyecto como “una oportunidad que todos hemos aprovechado”.

La realidad de los menores no acompañados en España
Pero primero, ¿por qué decidimos impulsar un proyecto dirigido a ex menores no acompañados? El término “menores no acompañados” (MENA) hace referencia a un colectivo que ha ido creciendo a lo largo de los últimos años en España. Tal como explica la ONG Accem, se trata de jóvenes menores de edad – de menos de 18 años – que migran solos, dejando atrás su entorno familiar, debido a conflictos armados, pobreza, o falta de oportunidades. En el país de acogida se encuentran solos, separados de sus padres y sin el cuidado de ningún otro adulto.
Por este motivo, la mayoría se encuentra en una situación vulnerable. Por si esto no fuera poco, el racismo y la generalización del acrónimo MENA en la esfera pública y los medios de comunicación han provocado la deshumanización de este colectivo y su criminalización. No obstante, hablamos de jóvenes que están solos, desamparados y en riesgo de exclusión social. Necesitan ayuda para acceder a recursos que, por su situación, están lejos de su alcance. La realidad en España es que, aunque los menores de edad reciben protección del Estado, una vez alcanzada la mayoría de edad, deja de ser posible para ellos continuar accediendo a la mayoría de estas ayudas. Así, Juventud Para Todos se propone llenar este vacío.
Juventud Para Todos tras su primer año de vida
La primera edición de Juventud Para Todos, en la que han participado ocho jóvenes, empezó tras el verano de 2021. Y ha sido un año agitado: los jóvenes han realizado 200 horas de formación agrícola, 144 de talleres de ocupación laboral, 90 horas de formación digital básica, 9 horas semanales de clases de español y catalán, 3 horas semanales de habilidades sociales, y 1’5 horas semanales de equino-terapia.

Además, los participantes también han realizado actividades de voluntariado en el pueblo, como por ejemplo entrenamientos con el equipo de fútbol femenino, tándems lingüísticos, tareas de mantenimiento de la casa, y un largo etcétera. Como resultado, la primera edición de Juventud Para Todos ha sido realmente exitosa: ¡cinco de los ocho jóvenes han encontrado trabajo!
Uno de estos jóvenes es Youssef, según el cual “el proyecto ha ayudado mucho a todos”. Añade entre risas que “solo hay que aguantar un poco… Aprender a convivir con los otros chicos fue difícil, pero al final es lo que más me ha gustado”. Por otro lado, Salah admite que “al principio no tenía ganas de irme a vivir a un pueblo, pero la vida aquí es mucho más tranquila y cómoda”.

Ambos coinciden en describir el proyecto como una “oportunidad”, ya que lo aprendido no ha sido poco sino todo lo contrario. Lo que más valora Youssef, por ejemplo, es el aprendizaje de idiomas y a cómo preparar entrevistas de trabajo. Salah destaca el aprender a gestionar sus emociones y a perfeccionar sus habilidades sociales.
Finalmente, en un ejercicio de retrospectiva a modo de conclusión, los jóvenes comparan las expectativas de futuro que tenían antes del proyecto y después. Salah cuenta que, antes de Juventud Para Todos, “no tenía esperanza por mi futuro, porque estaba en una situación muy difícil y no podía hacer nada…”. No obstante, ahora “las cosas van mejorando y todo va saliendo”. Por su parte, Youssef quería “encontrar un trabajo para regularizar mis papeles y también poder vivir solo”. Ahora ha encontrado trabajo como pastor de cabras. Así, tras un año, Juventud para Todos ha podido arrojar un poco de luz a unos futuros que antes eran más bien inciertos.



